Sobre Clariana
Clariana es una escuela, una comunidad y una tienda dedicada al ikebana.
Clariana es un espacio tranquilo y acogedor en el centro de Barcelona, dedicado al ikebana, el arte tradicional japonés de los arreglos florales. Contamos con un aula-taller donde impartimos clases semanales y una tienda especializada con jarrones, herramientas, libros y todo el material necesario para su práctica.
Somos una escuela vinculada a Ikenobo, la escuela japonesa donde nació el ikebana hace más de 500 años. Seguimos el sistema de aprendizaje de Ikenobo, con la posibilidad de obtener certificación oficial reconocida en Japón.
Nuestras clases son un espacio para conectar con la naturaleza, trabajar desde la calma y descubrir la belleza efímera que nos rodea.
Practicar ikebana con nosotros es abrirse al aquí y al ahora, aprender a valorar cada elemento y dejarse sorprender.
Clariana nace con el espíritu de dar continuidad al aprendizaje y la práctica del ikebana en Barcelona: un espacio donde sucedan cosas bonitas y donde sentirse feliz; disfrutar de las flores, tocar las hojas y encontrar una rama especial.
Nuestro deseo es que en Barcelona se pueda seguir aprendiendo ikebana, invitando a profesores de Japón e impulsando actividades complementarias que enriquezcan la comunidad.
De dónde nace Clariana
Soy Carola, y empecé a practicar ikebana a finales de los años noventa, sin imaginar que acabaría convirtiéndose en una parte esencial de mi vida.
Con el tiempo, se ha transformado en una manera de mirar la naturaleza, la vida y el entorno con otros ojos: apreciando las pequeñas cosas y entendiendo que somos parte de la naturaleza.
El ikebana me ha enseñado a buscar una belleza sencilla, a aceptar lo efímero y a aprender haciendo con las manos. También a encontrar belleza en todo: en la hoja marchita, en el brote que nace y en la flor que busca la luz, y a entender el paso del tiempo como un ciclo que se repite y nos invita a valorar cada cambio.
De este espíritu nace Clariana: un espacio donde aprender y compartir ikebana con la metodología de Ikenobo, en grupos reducidos, y una tienda donde puedas encontrar las herramientas y materiales que hacen posible su práctica.
Pero, sobre todo, he querido que Clariana sea un lugar donde sucedan cosas bonitas, donde la gente se sienta a gusto y donde, quizá, la vida de quienes participan se vuelva un poco mejor cada día.